“No es suficiente”

No, no es suficiente. Reconocer este dicho bajo la perspectiva del dolor (intencionado o no) que nos causaron de niños, jóvenes o adultos, es una forma que invita a pensar en que:

El maltrato y los insultos no fueron suficientes para alejarnos de las ganas de seguir viviendo y de aprender que no debemos ser COPIAS de nuestros padres, tíos o abuelos.

Lo que vivimos no fue suficiente para acabar con nuestros sueños y dejar de utilizar nuestra propia fuerza para salir del fango emocional de nuestra existencia.

Lo que me pasó, no fue suficiente para que deje de reconocer que se me dio lo que se pudo, de la forma en que se pudo para recordarme que yo, al condenarlo, no me puedo permitir hacerlo a los demás.

No fue suficiente para que impida que empiece a amarme, compadecerme de mí y reconocer que aun cuando me encuentre en el “abismo”, hay siempre una escalera a mi lado.

Los maltratos, golpes, heridas no fueron suficientes para que mis ilusiones de ser más feliz y tener más paz sigan fluyendo en mí.

Si acaso, en verdad lo digo, solo por si acaso, el martirio, el dolor y la angustia fueron suficientes para sentirte desdichado y sin valor alguno, te ofrezco mi mano, que aún con marcas que dan fe del martirio por lo vivido… te prometo que no dejará de sostenerte.

Les abrazo.
Ivan Solís.